miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ch! Comida argentina de calidad a precios accesibles

Aunque desde hace más de un año conozco el Ch! (Euler 145 entre Spencer y Torcuato Tasso, Polanco) tenía varios meses que no iba a visitarlos. Tenía mis dudas porque muchos restaurantes pierden su sazón y calidad después de un tiempo.

No obstante, me llevé una muy grata sorpresa. Este lugar no ha cambiado nada, inclusive me atrevería a decir que mejoró un poco. Ahora hay una amplia terraza para fumadores, la decoración es un poco más acogedora, los meseros como siempre atentos y al parecer tienen una cantante de tangos muy buena (tendré que volver para comprobarlo).

Sin pensarlo dos veces, pedí una botella un vino syrah Don David. Si alguien es fanático del syrah como yo (una mala costumbre que adquirí Australia) sugiero que pidan a esta botella. Aunque no es la más barata de la carta de vinos, lo vale por su baja acidez, aromas a frutas del bosque y un cuerpo que marida perfectamente con lo que ordenen de comer. Claro que para todo hay gustos y el mejor vino será el que a ustedes les guste. Yo solo comparto mis experiencias.

De entrada ordené una empanada horneada de cordero con romero. El horneado, además de hacer más ligera la empanada, conserva perfectamente los sabores del relleno. El cordero viene finamente picado y no molido, bien equilibrado con el sabor que le da el romero.

De plato principal un bife de chorizo (para compartir) acompañado por papas a la francesa y por una ensalada pequeña (excelente tip de nuestra mesera: por $10 más te mandan un acompañamiento extra).

Evidentemente la carne, cocinada a punto, es una delicia. La papas más bien las deberían llamar belgas porque vienen en un corte delgado, crujientes, deliciosas. A mi en lo personal me encanta que se mojen un poco con el jugo de la carne que está en el plato.

Si tienen dudas sobre qué carne escoger, pregúntenle a su mesero (de preferencia a alguna de las chicas argentinas).

Esta vez tenía tanta hambre que llegué al postre y no me arrepiento. Pedimos el postre del día: una copa con brownie en el fondo y frutas del bosque bañadas de una salsa de maracuyá. Un postre tan original como rico en el cual la acidez y textura del maracuyá y las frutas del bosque se equilibran maravillosamente con el brownie la densidad e intensidad de sabor que tiene el brownie.

Y como la sobremesa se extendió gracias a una buena plática, pedí un café y un oporto para cerrar la noche.

La verdad que para todo lo que me comimos y bebimos esa noche, la cuenta no llegó tal elevada como lo pensé. Lo que no quiere decir que sea un restaurante barato pero si lo comparamos con otros argentinos como el Buen Bife, estoy segura que les darán más por su dinero.

B.P.

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