sábado, 20 de marzo de 2010

Redescubriendo el Condesa DF

Ya tiene un par de semanas que volví (después de casi dos años) al Hotel Condesa DF y volví a tomarle cierto cariño.

Siempre me han encantado sus originales cocteles en particular el martini de horchata y la margarita de jamaica. Lo malo es que son tan dulces que te pegan rapidísimo, al menos a mi sí.

De entrada pedimos unos tacos de camarón y flores de calabaza rellenas de queso y empanizadas. Sólo probé los taquitos que si estaban bastante buenos.

De plato fuerte pedí una hamburguesa de res kobe...¡E -S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R!
Realmente para mi valió la pena pagar una hamburguesa tan cara (sobretodo porque es pequeñita). Servida en término medio (porque el mesero nunca entendió cual es el término "a punto") sobre un pan semejante a una chapata (pero redondo). Dentro, un poco de mostaza, unas rodajas de jitomate fresco y tres laminitas de trufa (mi parte favorita). La guarnición, una bolsita de papas en gajos, sazonadas tipo cajún (y resalto el "tipo"). Algo muy sencillo pero de mucho sabor.

Es evidente que en gustos se rompen géneros y habrá quien no coma carne y/o deteste las trufas pero a mi me encantó la experiencia.

Para acompañar esta cenita pedimos un vino tinto español llamado Pétalos. Maridó perfectamente con la hamburguesa, resaltando la trufa.

Sin embargo, algo que detesto del Condesa DF es que su carta de vinos, de por sí corta, nunca está completa. Probablemente tengas que pedir dos diferentes botellas antes de que te digan "esa si la tenemos". Además, no hay nadie que sepa mucho de lo poquito que tienen. Me parece patética la situación para un hotel así (y que cobra lo que no tiene).

El servicio me parece bastante malo. Siempre hay que perseguir a los meseros y al menos las últimas dos veces que he ido me toca alguien que no sabe mucho de los alimentos que ofrecen. Si tienes algún problema no hay quien te resuelva...en fin.

B.P.

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